Eran otros tiempos, la apertura se jugaba según las inspiración de cada cual y era habitual cometer errores. Ésta es la primera partida, al menos que yo recuerde, en que se introduce el sacrificio de las dos torres para alejar a la dama enemiga de la defensa de su rey. Lo que sigue es la típica caza al rey, se conduce a esta pieza al centro del tablero donde será vulnerable al ataque del resto de piezas blancas.
En aquella época no existían ajedrecistas profesionales, Bowdler además de jugar al ajedrez era médico de profesión. Además fue escritor, bueno, más bien reescritor, ya que se dedicó a reeditar obras de Shakespeare y Gibbon dándoles un toque más puritano.
Su rival en esta partida era un completo desconocido en el mundo del ajedrez, pero no en el mundo militar. Henry Seymour Conway fue un general del ejército inglés, que más tarde se convirtió en diplomático de Gran Bretaña. Descendía de una familia de la realeza y suponemos que el ajedrez era uno de sus pasatiempos favoritos, ya que si osó enfrentarse a Bowdler debía de tener un cierto nivel de juego.
Bowdler 1- Conway 0, Londres 1788