lunes, 5 de marzo de 2012
Una tormenta de piezas menores
Esta es una partida legendaria y lo fue por varias razones. La primera, su importancia, ya que fue jugada durante el match que disputaron ambos jugadores para dirimir quien era el ajedrecista más fuerte del mundo, una lucha titánica que se prolongó durante 87 partidas, con un resultado final favorable a Labourdonnais. Las partidas de estos encuentros han sido analizadas hasta la saciedad y aparecen en multitud de libros, una bella página de la historia del ajedrez.
La segunda, por ser la primera ocasión en que se sacrificó la dama sin tener un ataque directo contra el rey ni una ventaja a corto plazo, fue realizado simplemente por motivos de posición. McDonnell realizó un sacrificio puramente intuitivo, las razones que le llevaron a actuar como lo hizo: la mala situación del rey negro, un dominio absoluto del centro, la actividad de sus piezas menores y la creación de varias vías sobre la defensa de las negras. El caballo negro en e3 es un verdadero purasangre, sin duda la entrega de la dama estuvo basada en estimaciones muy precisas.
Lo siguiente que ocurre es una danza de piezas menores que vuelven loco a Labourdonnais, que trata de equilibrar la situación devolviendo material... nada que hacer, McDonnell había barrido del tablero a Labourdonnais y le había inmortalizado.
Labourdonnais, Louis C. 0 - McDonnell, Alexander 1